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martes, 7 de mayo de 2013


PEPE CRUZ CHARLÓ EN EXCLUSIVA CON ESTO

“No he pasado una noche sin dormir”

POR DANIEL CHANONA VELÁZQUEZ

AFABLE como de costumbre, José Guadalupe Cruz, hasta ahora estratega de los Jaguares de Chiapas, accedió cabalmente a sostener una conversación exclusiva con el “Diario de los Deportistas” una vez finalizado para su equipo el Clausura 2013.

En un momento donde predomina el morbo deportivo por saber si continúa o no al frente de la plantilla luego de tres años liderando el vestidor, el “Profe” tuvo a bien compartir con nuestros lectores sus más profundos recuerdos, sus principales dolencias, la realidad más tangible, sus reflexiones finales y voluntades eternas. Con ESTO, dejó entre ver su futuro inmediato y, entre líneas, pareció reconocer el final de un ciclo.

BALANCE

“Es tiempo de reflexión, de análisis, como cada vez que termina un torneo en el que el objetivo más importante es la Liguilla y no la alcanzamos. Hay que replantearse las cosas y hacer un análisis a fondo pero mesurado, en frío, porque hay cosas positivas a pesar de que no hayamos calificado”, cita de arranque.

Inmediatamente, liga oraciones de retribución absoluta, como quien se brinda ante su público una vez finalizado el espectáculo: “No hago más que reconocer públicamente el agradecimiento, la fortuna que tengo de dirigir a este grupo de profesionales, de pertenecer a esta institución en donde la directiva realmente me ha tratado sensacional, la gente también se ha portado muy bien conmigo”.

Y recuerda: “El principal objetivo por el que me trajeron, que fue la permanencia en la Primera División, lo hemos cumplido. Nos falta otro pasito, algo más importante para contender por un título”.

Sin embargo, ya tendrá tiempo para ello: “Vamos a tomarnos un descanso y después analizaremos cuál es el futuro. Sin duda, deseando lo mejor para Jaguares”, se desmarca por un instante.

ETERNA TOLERANCIA

Durante seis torneos, Pepe Cruz ha sido punto de crítica e incertidumbre. Colegas suyos han partido a la postre del fracaso. En cambio, la administración felina le retuvo bajo la tutela de Guillermo Cantú, y desde entonces los hombres de pantalón largo han solido denotarle una ecuanimidad envidiable: “Yo pienso que los abocados a responder el porqué de la paciencia que la directiva me tuvo son ellos. Si me voy solamente al objetivo por el que me trajeron, está cumplido cabalmente”, indica.

Después, conduce su comentario al análisis: “Para el siguiente torneo vamos a estar (reflexiona brevemente)… bueno, Jaguares va a estar como décimo en la tabla porcentual. Cuando nosotros llegamos acá éramos los últimos. Ese paso ya está solventado”, insiste.

“Y yo no quiero ser conformista; alguna vez un técnico dijo: ‘misión cumplida’… la realidad es que queremos ganar más cosas, no nos es suficiente nada más con ese objetivo que quizá para otros pudiera ser el estandarte. Evidentemente para logarlas es necesario hacerle algunos ajustes a la plantilla, eso lo hemos platicado sin ir muy afondo. Esté yo o quien esté al frente del equipo necesita algunos refuerzos”, advierte.

NOSTALGIA

Luego de deambular en la adversidad reciente, lamenta nostálgico la pérdida de su entrañable y, hasta cierto punto, afamada columna vertebral: “La realidad es que se han ido jugadores muy importantes por las necesidades de la institución, de las finanzas del club. Porque cuando llegamos no eran números positivos, ahora son números buenos”, revela. “La realidad es que con todo y que se hayan ido los jugadores más importantes como: Danilinho, Jackson Martínez, el “Burrito” Hernández, Razo, el “Recodo”… bueno, un montón, el equipo se ha mantenido”, presume el esfuerzo.

“Resumiéndote, en estos tres años hemos tenido cuatro Liguillas: tres en la Liga y una en Copa Libertadores, todas ellas hasta Cuartos de final. Y si me voy al último año, que ha sido el más difícil por no aparecer en la Liguilla, pues sí debo resaltar la aparición de jóvenes muy interesantes”, comparte.

Y evidencia: “La plantilla ha bajado también su nómina, lo que no nos impide ser más competitivos. Hemos tenido una cuesta muy pronunciada que no hemos podido subir, pero estoy seguro que para el siguiente torneo este equipo va a estar de vuelta y va a estar contendiendo por los primeros lugares”.

CONFESIÓN

Destapa los instantes grises por lo que ha tenido que transitar a lo largo de este trienio en el banquillo felino: “He tenido varios momentos en los que me he sentido preocupado, angustiado. Los inicios de los seis torneos, por ejemplo. ¿A qué se debe? Es una buena pregunta. Eso no es cuestión de gusto, son circunstancias. Es algo digno de peguntarnos y de tomarlo en consideración. Es atípico. No sé si se nos hizo una cuestión psicológica, y no pasa sólo por el técnico, todos quisiéramos desde el principio ser ganadores y enseguida estar calificados. ¿Quién no quiere? No sólo Jaguares, los 18 equipos que estamos en la Primera División queremos todo eso, pero no sé por qué razón, ni sé si sea casualidad, coincidencia, una cuestión mental… no te lo sabría explicar”. Recompone: “Nos ha sucedido, y eso no es conformismo; no quiere decir que yo esté conforme: ‘¡Ah, tranquilos que yo a medio torneo es cuando empiezo a jugar y a reaccionar!’… ¡Mentira! No nos ha alcanzado”, manifiesta.

Las críticas, su vitamina: “Yo creo que son de esas circunstancias que lejos de afectarme de tal manera que diga: ‘tiro la toalla’ o ‘me siento incapaz’ o ‘no es posible’, me han fortalecido. Nunca he estado a punto de decir eso. Ni ahora con Jaguares ni antes con Atlante. En mi trayectoria he tenido buenos y malos momentos, pero aún en aquellos difíciles no he pensado en alguna sola ocasión en renunciar, y mira que en alguna ocasión tuve que salir de Atlante casi a la mitad de un torneo… es una experiencia difícil, pero es algo que sabemos que puede suceder. En estos torneos cortos, necesitados de buenos resultados inmediatos, es muy factible que suceda; pero aún en esos momentos no he pasado una noche sin dormir”, se sincera.

Confirma tensiones constantes y resoluciones pacíficas inmediatas: “Siempre hay encerronas cuando hay malos resultados, esa es una realidad. En tres años hemos tenido muchas, pero esas encerronas no son como para señalar a alguien o para buscar culpables, sino para buscar soluciones. Ese es el enfoque que nosotros hemos hecho. Creo que esa es la gran diferencia”, señala.

TIEMPO AL TIEMPO

No oculta el contexto felino, lo expone sin complejos: “Es un equipo que tiene vergüenza, que tiene profesionalismo… que no tenemos reflectores, que no somos candidatos, que tenemos una nómina muy por debajo de otros, que tenemos un plantel muy reducido o discreto en relación a otros, esa es una realidad; pero eso no nos impide ni nos imposibilita el tener aspiraciones o ilusiones de contender por un título”, se ilusiona.

Y aclara en compañía de la introspección : “Lo que se pretende con esta institución es que éste Jaguares de vuelta y que de una vez por todas dé ese golpe de autoridad; que diga: ‘está bien, no tengo ningún título pero puedo aspirar a eso’. Y nos lo demostró Tijuana que no es imposible. Si no hay recursos, bueno, está bien; pero si se trabaja y se tiene una base sólida, aunque el camino es más sinuoso, como lo ha sido con nosotros, es posible conseguir el campeonato”.

Destapa con mayor claridad: “Conmigo o sin mi el equipo necesita reforzarse, es un secreto a voces. Es del dominio público. La afición lo reclama y tanto la directiva como yo estamos conscientes de esta situación”.

Cede sin temores a lo venidero: “No he ido tan afondo en ese ensayo de buscar refuerzos porque mi contrato venció en el partido contra Pachucha; necesito reunirme con la directiva, aunque sí he visto y analizado algunas posiciones que hay que reforzar, entonces será cuestión de paciencia, de unos días más. Primero necesitamos, si es que la relación laboral continúa, confirmarla, hacerla oficial. Y si no es así, no soy yo el indicado para eso. Imagínate que yo no siga en la institución y les diga: ‘tienen que reforzar aquí, aquí y aquí’…. ¿con qué autoridad? ¿con qué derecho? No tendría, si fuera ese el escenario, ninguna autoridad moral ni ética como para decirles eso”.

Pactada está la cita para disipar dudas: “Ya hay fecha para reunirnos. Yo voy a tomar unos ocho o diez días en los que voy a estar con la familia. Entonces nos reuniremos después de esa fecha”, responde.

VALORIZADO

Las voces de la calle ya le son cotidianas: “La realidad es que la rumorología que hay alrededor de mí no me causa problema. Es algo con lo que estoy acostumbrado a vivir. No es exclusivo de mi, es de cualquier entrenador”, se justifica. “Eso pasa en el mundo. Por ejemplo, se habló hace algunos días de que Vucetich podría salir de Monterrey y ¡acaba de ganar la Concacaf! O sea, si eso sucede con los que han ganado cosas… ¿por qué no sucedería conmigo con mayor razón?”, deduce. “Pero eso no quiere decir que sea un hecho mi salida”, retoma con premura el camino.

Y remata con certeza el comentario: “No me afectan los rumores. Está bien que los demás tengan planes para con uno, pero los verdaderos planes y los importantes son los que yo tengo para mí mismo”, despabila.
-Entonces, ¿ha recibido alguna llamada o propuesta de algún otro club?-, se le cuestiona.

Sonríe tímidamente: “Sí claro que sí. Así nomás la dejamos”, se cotiza.