Datos personales

Mi foto
Amante del periodismo y los deportes.

lunes, 11 de noviembre de 2013

VITRINA DEPORTIVA (11-11-13)

Así las cosas

Una plantilla de experimentados elementos no sólo exige aplausos para librar un segundo objetivo cuando el primero ya fue resuelto parcialmente y con creces…

Me limito a suponer que el compromiso de algunos clubes en el futbol mexicano en su intento por clasificar a la liguilla por el título disminuyó considerablemente y de forma extraña.

El futbolista se entusiasma por ser alguien, lucha para ello, lo consigue, se estabiliza y a la par un colmillo cual dientes de sable se desarrolla de manera íntima en su seno profesional; cosas de la vida, del futbol, producto de cualquier necesidad.

Hay clubes en el máximo circuito nacional que instantes previos al arranque del presente certamen liguero fueron abiertamente criticados por sus manejos administrativos y viajes “imprevistos” de una plaza a otra en nuestro país.

Más allá del sentimentalismo característico de las regiones beneficiadas, en su momento se criticó estrictamente el manoseo deportivo, cuestión que hoy en día no extraña a nadie; incluso, con el paso de los años es sabido que sostener a una institución deportiva en determinada zona territorial en México es posible con la inversión “pública” o monstruosamente privada, sin alguna de las dos vertientes económicas el particular tropieza y se va a la quiebra, entorno que el empresario prevé evitando arriesgar demasiado su capital. 

La semana anterior hubo quien alzó la voz y en su carácter de directivo expuso de las autoridades gubernamentales están obligadas a invertir en el deporte de alto rendimiento, comentario sacado de la chistera producto del contexto al que éste personaje dirigió sus palabras. Durante 18 semanas jamás tocó el tema, pero sí lo hizo días previos a un acontecimiento decisivo para la imagen de un equipo y un estado que aspiraba a pelear por el campeonato y un boleto a la Copa Libertadores. ¿Por qué?, me pregunto.

Conjuntos de media talla presumen chequeras maltrechas, agripadas, a punto del coma; quizá por los cambios bruscos de temperatura. Para evitar los números rojos recurren a sus aliados, quienes regularmente medican las cuentas y la recuperación es magnífica, claro, siempre y cuando los asociados no tengan prioridades en la agenda, sino el pacto termina por fructificar a medias. Ninguno pierde, ambos cumplen con lo inicialmente acordado y se evitan los cambios de planes o reajustes de palabra.

El jugador –generalizo-, desde luego influye desde su trinchera. “Ya soy, ya cumplí. ¿Quieren más? ¡Por supuesto! Pero aguardo reciprocidad”. La afición debe entender que hay colores opacos, en ocasiones involuntariamente a lo estrictamente apegado al juego. Todos los inmiscuidos velan por atesorar lo propio, lo que les corresponde, y nada más.

Paradójicamente simulan estar en su derecho, mientras mejor resulta el desempeño laboral con mayor firmeza se busca el espaldarazo material. Lo peor es que jamás se hablará con pulcritud al respecto, y como los clubes cumplieron –mal que bien- con sus objetivos primarios, ello será argumento suficiente para explayarse y decir que “salvaron” la campaña.

"El dolor es temporal, el orgullo es para siempre".


Correo electrónico: danielchanona@hotmail.com | Twitter: @Daniel_Chanona

No hay comentarios:

Publicar un comentario