+ Está inconforme con la destitución de Sergio Valdeolmillos.
+ Duda en volver a la Selección Mexicana de Baloncesto.
MADRID, España.- Habitualmente
no se ocultan las rencillas cuando un blaugrana se tiñe de blanco… pero no es
su caso. Él fichó por los culés, y así mudó sus ilusiones a la justa americana
en el año 2011. Ni un bote concedió en suelo catalán.
Gustavo llega al Real Madrid
con la vitola de “estrella”, no obstante proyecta madurez en su discurso. Ayón
es sensato e incluyente. En Pozuelo de Alcorcón, municipio a distancia corta de
la capital española, ya vestido de claro atiende a la OEM, horas previas a su
reaparición en la Liga Endesa.
Tres partidos ha jugado con
el quinteto que dirige Pablo Laso. Contra el Barcelona, en la Final de la
Supercopa, saltó de arranque con apenas dos días de haberse incorporado al
plantel. Y respondió. Esa misma noche ya posaba junto a su primer título de la
temporada. Redonda bienvenida. El “Titán” ganó confianza.
España lo recuerda bien. En
su estancia más reciente como jugador de la ACB fue un base exquisito que llamó
fuerte la atención. Tres años más tarde, luego de probarse en los Estados
Unidos, ha vuelto: “La NBA te da experiencia. Competir todos los días con
grandes basquetbolistas te enseña a leer mejor el juego, así llego. Muy
contento, por ahora con la mente puesta en el domingo contra el Gran Canaria.
Vamos partido a partido”. Y no es Simeone ni el Atleti, es la esencia del causa
y efecto.
BUSCA
ESTABILIDAD
“Tuve opciones para ir a la
NBA, pero he decidido venir a Madrid porque conozco el país y la liga. Mi
estancia con el Fuenlabrada fue muy feliz, y no lo pensé mucho cuando se me
presentó la oportunidad de jugar con un grande como el Real Madrid. Tuve que
tomar una decisión para buscar una estabilidad como jugador, dentro y fuera de
la cancha”, confiesa el pívot nayarita.
Ayón evade el protagonismo:
“El equipo es el que tiene que responder. Un jugador no puede marcar tanta
diferencia. Si pensamos que juntos vamos a lograr los objetivos, seremos
mejores; pensar que solo un jugador marcará la diferencia es de mediocres”,
dicta con severidad.
Y añade: “Hay que trabajar
para que nosotros podamos estar en la cima de la liga. No hay que pensar en los
demás, solo en el equipo. No hay que prestarle demasiada atención a los
rivales. Se tiene equipo para grandes cosas, pero el trabajo diario es el que
te pone en las finales”, analiza, comprometido con solventar las presiones
propias de la Euroliga y la obtención (negada) del cetro liguero.
ORGULLOSO
En la que supone ser la
institución deportiva más trascendental del orbe radican, a la par, Gustavo
Ayón y Javier Hernández. Ambos recién llegados, ambos con el dorsal 14, ambos
referentes, ambos… en el Real Madrid: “Es un orgullo estar aquí, y si de paso
hay dos mexicano ¡que no se diga más! Los mexicanos deberíamos de sentirnos
orgullosos de contar con esta clase de jugadores y de personas. Toda la vida he
jugado con el número 14, al igual que ‘Chicharito’, así que es una grata
coincidencia”, se emociona. MADRID, España.- Habitualmente
no se ocultan las rencillas cuando un blaugrana se tiñe de blanco… pero no es
su caso. Él fichó por los culés, y así mudó sus ilusiones a la justa americana
en el año 2011. Ni un bote concedió en suelo catalán.
Gustavo llega al Real Madrid
con la vitola de “estrella”, no obstante proyecta madurez en su discurso. Ayón
es sensato e incluyente. En Pozuelo de Alcorcón, municipio a distancia corta de
la capital española, ya vestido de claro atiende a la OEM, horas previas a su
reaparición en la Liga Endesa.
Tres partidos ha jugado con
el quinteto que dirige Pablo Laso. Contra el Barcelona, en la Final de la
Supercopa, saltó de arranque con apenas dos días de haberse incorporado al
plantel. Y respondió. Esa misma noche ya posaba junto a su primer título de la
temporada. Redonda bienvenida. El “Titán” ganó confianza.
España lo recuerda bien. En
su estancia más reciente como jugador de la ACB fue un base exquisito que llamó
fuerte la atención. Tres años más tarde, luego de probarse en los Estados
Unidos, ha vuelto: “La NBA te da experiencia. Competir todos los días con
grandes basquetbolistas te enseña a leer mejor el juego, así llego. Muy
contento, por ahora con la mente puesta en el domingo contra el Gran Canaria.
Vamos partido a partido”. Y no es Simeone ni el Atleti, es la esencia del causa
y efecto.
DUDA
EN VOLVER AL TRI
Finalmente es cuestionado
por la destitución de Sergio Valdeolmillos como seleccionador del Tri ráfaga: “Es
un tema del que no me interesa hablar mucho porque es bastante delicado”, pero accede,
“realmente no estoy de acuerdo con la decisión, pero yo no mando en el
basquetbol en México. Acataré lo que se haga, sin embargo mi punto de vista es
negativo, no lo acepto, no veo con buenos ojos la destitución de una persona
que ha hecho tantas cosas importantes por el básquet en nuestro país”, opina
inconforme. Enseguida clava la mirada en el suelo y atento escucha el tema
restante.
-¿Acudirías a un nuevo
llamado?
“No… no lo sé”, responde,
“depende de muchas cosas. De mi familia, por ejemplo, a la que no le he dedicado tiempo en los ocho
años que he jugado con la Selección. Son muchas razones, no necesariamente que
esté Sergio (Valdeolmillos) o no”.
Carpetazo del “Titán”.
Con los “merengues”…
acepta el reto.
*Entrevista publicada en el diario deportivo ESTO
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