Multitudinaria bienvenida en el Calderón
MADRID, España.- Fernando
Torres lo ha sido todo, y más, para el Atlético de Madrid… y lo seguirá siendo,
aunque lejos estuvo de él durante siete temporadas y media. El Niño ha vuelto a
casa. Por Reyes, mejor obsequio no pudo concederle su presidente Enrique Cerezo
a la afición, que ilusionada comenzó a reunirse de madrugada a las afueras de
un colmado estadio Vicente Calderón. Como la madre ansiosa que aguarda en vela
el retorno de su vástago tras una década sin verle.
Mínimo, par de vueltas pudo
la fila darle al coloso del Manzanares de no haberse dibujado sobre la cera
múltiples espirales para aminorar terreno y conseguirle cabida al resto de
corazones ejemplares en conducta y fidelidad. No se jugaría un Clásico, o el
partido último de liga, como sus gradas a la distancia figuraban desvelar. No. Se
pondría en marcha una fiesta cuyos invitados harían de Torres una novel leyenda
rojiblanca.
El Palco de Honor se vistió
de luces para atestiguar la locura que significó su torna al club que lo
consagró futbolista a los 17 años de edad, el que luego nostálgico lo vio
partir al Liverpool, Chelsea y Milán, donde corrió con menor suerte. Nada le
sabrá tan bien al español como el éxito en el equipo de sus amores. Se deben un
campeonato construido al alimón.
Afuera, la tribuna, que
acogió a más de 35 mil personas, guardó silencio, casi sepulcral, mientras con
atención escuchaba desde el sonido local la primera comparecencia de Fernando
Torres como delantero del Atleti. Y le vitoreó cuando se desbocó en elogios por
la hinchada “colchonera”, su hinchada, a partir de hoy. “Es un día muy especial
y emocionante. En cuanto acabe este día sólo voy a pensar en jugar al fútbol.
Algún día –preguntó a su gente, ya sobre el círculo central- me tienen que
contar qué he hecho para que me reciban tan bien”, tiró con humildad. Su mente
ya está puesta en continuar haciendo historia.
“He sufrido con las derrotas
del equipo, pero también disfruté el año pasado con la esencia de este club”,
mencionó con voz pausada, sentado en un taburete de metal sobre el estrado
donde posó con el dorsal número 19, que recibió de manos de Cerezo y González
Caminero. “Mis compañeros me ha ayudado a entender qué es este equipo. Lo he
disfrutado desde fuera, ahora quiero hacerlo desde dentro. Es bonito volver a
casa. ”… el Calderón se partió en cánticos para su ídolo, que protagonizó un
recibimiento de magnitudes hasta entonces desconocidas por propios y extraños.
Impresionante. Ensordecedor.
“Estoy para sumar. Entiendo
que tengo un extra de responsabilidad”, reflexionó, al tiempo de recordar su
partida en 2007: “Necesitaba salir del Atleti para que el club y yo pudiéramos
crecer. Ese quizá fue el momento más difícil de mi carrera. Y así ha sido,
ambos hemos crecido, pero ahora quiero ganar títulos aquí”, advirtió sediento
de clamores.
Con el beneplácito del “Cholo”, el hijo pródigo llegó para
quedarse.
*Crónica publicada en el diario deportivo ESTO.
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