Por: Daniel Chanona Velázquez
La gloria eterna del serbio.
Quizá pudimos abarcar temas de mayor envergadura en relación al balompié mundial pues la descarada Copa América está en boga y es bien sabido que el futbol es la disciplina que suele ser la de mayor convocatoria en esta charla semanal, sin embargo, el mundo del tenis en todo el planeta ha tenido que aceptar la superioridad de algunos y los bemoles inolvidables e imperdonables de otros. Por el anterior motivo, la mañana del domingo un servidor tenía una cita -casi de madrugada- con el televisor, si bien llegué un poco retrasado tuvimos el gusto de ser partícipes del deleite magistral que vistió de gloria al deporte blanco por excelencia en su catedral, en Wimbledon.
Con la duda, como protagonista principal, comenzaba en Inglaterra poco después de las ocho de la mañana, casi al alba de un nuevo día, la reyerta del año que ponía en duda la superioridad del español ante la una racha impecable de aquél serbio en el pocos creían… Novak Djokovic contra Rafael Nadal.
Me sigue sorprendiendo el juego de Novak: irreverente, impredecible, pulcro, único. Conocemos la calidad indiscutible del buen Rafa, de un tiempo a la fecha la técnica española ha quedado a deber pese a seguir siendo un fenómeno en la arcilla, el césped ha sido en ocasiones su peor enemigo; a Fish le ganó por experiencia, por labia, por fortaleza, pero aún con ese triunfo en los Cuartos de Final desconocí a Nadal, se le notaba comprometido mas que motivado y en la mayoría de los casos el compromiso ciega al verdadero talento por pintar como favorito en uno de los torneos con mayor importancia en este ejercicio llamado tenis tras dejar en el banquillo de espera a Mr. Federer que simplemente dejó salpicado su nombre con un centenar de adjetivos poco prometedores para lo que resta del año en curso.
A partir de antier, el ranking de la ATP tiene nuevo líder y se lo ha ganado a base de trabajo y sacrificio, sin la “escalofriante” necesidad de la creencia de las masas, aquellas que hace algunos ayeres apostaban poco por su consolidación y que de dos abriles a hoy en día se arrepienten de haberle dado la espalda; un cambio de mentalidad, una nueva dieta y otra preparación física son parte de un grupo de modificaciones con las que el serbio Novak Djokovic inició esta temporada y que han incidido en su juego y sus resultados. El pasado marcador en la final de 6-4, 6-1, 1-6, 6-3 al español Nadal no fue obra de la casualidad, fue una conjunción entre nervios del rival y aciertos puntuales del actual vencedor.
En 2010 la Copa Davis atestiguó el despegue en el tenis de Novak, mismo que hizo estallar a muchos en Francia. Djokovic llegó al Top Four –los primeros cuatro del mundo- en julio de 2007 y desde ese momento no ha salido allí, 2008 fue clave pues se vistió de orgullo al levantar su primer Grand Slam en el Abierto de Australia, mismo que repitió este año y desde entonces se ha convertido en el tenista más joven en la Era Abierta en llegar a semifinales en los cuatro torneos más importantes del mundo y ahora ratificar su supremacía en los cinco continentes. ¡Felicidades, Novak!
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.
A su disposición le dejo mi cuenta en Twitter: @Daniel_Chanona
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