Por: Daniel Chanona Velázquez
Ya no, América, ya no.
SERÍA realmente absurdo que dicho espacio estuviese dedicado a plegarias y rodeos incongruentes del porqué de la derrota americanista, o el cómo pueden llegar a mejorar, o el a qué se debe semejante embrollo institucional, etc. Pero no, para hoy no tengo pensado más que externar un punto de vista paralelo al juego, aquél sentimiento de aficionado que muchas veces tiende a ocultarse.
El domingo pasado, por arte de magia digna de Hogwarts, todos nos volvimos futboleros de corazón y accedimos a descansar frente al televisor para ser protagonistas a distancia del “clásico” nacional, reyerta futbolística que a lo largo de los años ha perdido su esencia, su sentido, su fin, y se ha tornado en el momento perfecto para la perversión mercadológica que, por fortuna, no influyó en su totalidad para llevar a cabo las diversas apuestas y/o comentarios apasionados que sirven como antesala para semejante encuentro.
Ser local, parecer visitante, que la afición en tu casa –vaya, en el Azteca- grite al unísono "¡ole, ole!" en tu contra, jugar a poco, caer brutalmente en el marcador 3-1 y culminar el encuentro con 10 hombres... ¿Es acaso la peor humillación o el festejo más amargo para los 95 años de Coapa? Lo es. Y aunque en los próximos inviernos la situación en el seno americanista mejore, jamás olvidaremos al América de Bauer.
Hay quienes buscan demeritar la victoria dominical del Guadalajara; hay quienes hoy en día no consiguen conciliar el fracaso. Los goles, "regalados", desesperados o producto de errores, tienen el mismo valor... y en contra, duelen.
Navarrete es el menos culpable de todo esto, pero el gran verdugo del encuentro pasado. Ochoa, ¡cómo te extraña el olvido! Hoy, pesa más el vacío de su presencia bajo el marco que el "peso" mismo del fulanete con el 1 en los dorsales. Y cabe mencionar a Mr. Memín no le va de lo mejor, a nivel grupal, con el “súper” Ajaccio francés.
Hoy, América está eliminado, sí, lo está. Salvo el vuelo lejano del ave, el ladrido desesperante del Xolo –omitiendo al Atlas, que es historia- en éste Torneo todo puede ocurrir, todo. La única regularidad es la irregularidad del mismo. Tras el llanto derramado por aquellas pasiones que aun no hayan consuelo, he de corroborar que aún en las jerarquías está presente el orden jerárquico. Con su permiso, y valga la redundancia.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”
PD: Estamos en la recta final de la justa Panamericana en México, y éste miércoles 26 de octubre, la chiapaneca, Aremi Fuentes Zavala hará su aparición en tierras tapatías en la división de los 69 kilogramos, instalada al mismo tiempo en el 5º lugar del ranking con marca de 202 kilogramos en Levantamiento de Pesas. ¡Éxito, pues! Y un fuerte abrazo hasta Tonalá, Chiapas.
TWITTER: @Daniel_Chanona
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