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Amante del periodismo y los deportes.

martes, 10 de julio de 2012

VITRINA DEPORTIVA (Columna publicada en el diario deportivo ESTO)



Por: Daniel Chanona Velázquez.

Historia de supervivencia.

NO hay pa’ más… solamente para sobrellevar el orgullo. Si no mal recuerdo, y el ábaco no me falla, en 2012 Jaguares de Chiapas celebrará con deco… bueno, celebrará diez años en Primera, festejo que, haciendo uso de la ingenuidad, será sensacional: con gran categoría para competir en el Torneo regular y el de Copa, así como aspirar al sueño de Liguilla y con ello la Final. Seamos honestos, ni la propia Utopía podría hacerlo realidad hoy en día.

No pretendo disfrazarme, ni mudarme a Catemaco si lo que ahora comento llegase a suceder: difícil resulta que Pepe ingiera sus doce uvas en territorio chiapaneco; y es que parece lógico, el equipo no es basto y se le nota desesperado. Vaya, por fortuna ya se ha desahogado. La continuidad de un Director Técnico al frente de un “proyecto” radica gran parte en su voluntad profesional, pero también cual conocedor de su materia es imposible que por la borda arroje aquella conocida como “dignidad”. Buen “maestro”, mejor persona, pero aún los intereses más comunes suelen quebrantarse si una de sus partes no encuentra conformidad absoluta. Y  la espera luce prolongada.

Hasta ahora no hay más de lo que conocemos, y uno que otro favor pagado tras la llegada del buen Carlos Castillo -al menos es lo que parece-, al que le brindo la duda misma sin despojarle el placer del que goza. Guatemalteco que a sus 20 años ha conseguido lo que 20 mil jóvenes chiapanecos no, al a postre de un sin número de pruebas hechas: jugar con Jaguares -“el equipo de Chiapas”-, independientemente de la Categoría a la que llegue. Pregúntome, ¿imposible es hallar a uno de condiciones “similares” entre los poco más de 4 millones de habitantes del Estado? Claro, no todos corren con la misma suerte. No me quiero imaginar la posible llamada de atención que recibió el buen José Carlos tras haber aceptado que la ruta de su arribo a Chiapas tuvo como terminal central la mismísima Azteca Guatemala, en donde radicaba un vínculo cercano al club el cual recomendó sus servicios. Le apodan “Harry Potter”, por su parecido físico. Mientras con su “bibidibabidibú” cumpla el deber encomendado, los perros no ladrarán más de la cuenta. Castillo es uno de los dos refuerzos extranjeros que pueden darse de alta en la Sub-20, buen recurso para no obstruir el hueco del quinto elemento oriundo de tierras aledañas a suelo mexicano que formará parte de la plantilla de José Guadalupe Cruz.

Éste lunes fue presentando John Córdoba, el cuarto jugador extranjero de la camada mayor de Jaguares –Arizala, Rodríguez y Martínez, son los tres restantes-, nativo de Cali, Colombia. A éste sí lo solicitó Pepe Cruz. Gran prospecto del balompié de su país, elemento que apenas el pasado 11 de mayo extinguió la luz de diecinueve velas en un pastel: 188 centímetros de estatura, diestro y –aseguran- buen rematador por los aires. ¿Su mote? El “Drogba colombiano”, al parecer dicho apodo podría conllevar a tintes de buen augurio, en caso de equiparar su talento con el del buen Didier, el marfileño.

¿A caso la administración del plantel naranja aguarda recibir luz verde o cierto respaldo del entrante Poder Ejecutivo local para entonces valorar si es conveniente invertirle o no a sus colores? ¿Serán entonces seis meses turbulentos hasta dar por hecho semejante acción, historia que podría resolverse el entrante mes de diciembre? Digo, simple curiosidad. Otra arista de la cual “colgarse”. Fin.

“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.

TWITTER: @Daniel_Chanona | vitrinadeportiva@hotmail.com

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