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jueves, 2 de agosto de 2012

VITRINA DEPORTIVA (Columna publicada en el diario deportivo ESTO)




Por: Daniel Chanona Velázquez.

Remembranzas olímpicas.

Del baúl del abuelo… Con humo blanco de la nube negra”.

YA había hecho historia en los Juegos de Ámsterdam, en 1928… [Capital holandesa que con antelación hubo peleado en dos ocasiones por ser sede olímpica, viéndose derrotada por ciudades de mayor presencia en la época, entidad en donde por vez primera se realizó el ritual del recorrido de la llama que saliese de Olimpia y desembocara en los Países Bajos, siendo también éstos quienes por primera ocasión mantuviese encendido el fuego durante todo el certamen]… Elizabeth “BETTY” Robinson, estadounidense de apenas 16 años, quien se colgase la medalla de oro en los 100 metros llanos; partícipe de aquella primera edición en donde las mujeres pudieron competir en el atletismo y la natación. Fue la primera campeona olímpica en la disciplina.

Relatan las crónicas pasadas, que un profesor del secundario en Riverdale, al que la joven aún no concurría en Illinois, la convenció de competir tras haberla visto correr ¡para alcanzar el tren! En la citada presencia inaugural, Robinson también logró una medalla de bronce en el relevo 4x100.

La historia de ensueño llegaría entonces a su fin.

En 1931, “Betty” sufrió un accidente aéreo en dónde tuvo severas lesiones. De hecho, el hombre que la encontró tras el incidente la dio por muerta. La acomodó en la cajuela de su automóvil y se la llevó a un cementerio, solicitándole al sepulturero llevarla "a la vida eterna”. Fue entonces el enterrador quien notó ¡que aún estaba con vida!

Pasó siete meses en coma. 

Al despertar, Elizabeth Robinson se dio por enterada lo que la hubo agraviado, pasándose un año y cinco meses sin poder caminar. Por obvias razones se perdió los Juegos de 1932, en Los Ángeles, reyerta a punto de ser opacada por las secuelas económicas y sociales, efectuados con éxito, disminuyendo la cantidad de atletas participantes por la distancia existente entre América y Europa, sólo acudieron mil 281.

Llegaría el momento de Berlín, en 1936, Juegos Olímpicos absorbidos por la dimensión política de aquél tiempo, convirtiéndose en el escenario perfecto para el despliegue ideológico de la Alemania Nazi, todo se integró a la propaganda del TERCER REICH: la estética, las ceremonias y cada competencia fue parte de del discurso supremacista; su inauguración fue colosal ante cien mil espectadores. Fue allí donde (aún sin la capacidad de para arrodillarse de manera adecuada para la partida de los 100 metros) Robinson participó en los 4x100 representando a su país. La Alemania “de Hitler” la vio consagrarse otra vez: se llevó el oro.

DETALLE VERANIEGO: En los olímpicos conmemorados en Ámsterdam, 1928, aunque se cuidó su organización no estuvo ajena de contratiempos que alteraron el programa inaugural: la delegación francesa recibió la negativa para desfilar porque un día antes el portero del estadio les impidió entrar a las instalaciones. Claro, a la postre combatieron al alimón en aquél Frente Occidental a las desgraciadas tropas del “Führer”, a la mitad de 1940.

“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.

TWITTER: @Daniel_Chanona | CORRERO: vitrinadeportiva@hotmail.com

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