Por: Daniel Chanona Velázquez.
ME postulé como detractor de la Selección Mexicana olímpica de futbol. Y lo sostengo. Sería un cobarde si buscara retractarme. En caso de medalla, reconoceré mi desfachatez. Parece que a pesar de la osadía de Luis Fernando, el selectivo nacional merece conseguirla, por encima de la soberbia, del orgullo, de la necesidad, aun por encima de su propia dirección técnica. Son ellos, sus engranes: los futbolistas, quienes lo hacen funcionar aunque la práctica de su juego se asemeje al conformismo, a la prudencia, a zozobrar el resultado. Las campanas no vuelan, prudente sería no echarlas al viento luego del pase tricolor. "Pian-pianito", reza la longeva frase de esperanza latente predicada en mi pueblo. No se trata de Japón, o de equipos venideros, se enfoca la hazaña en superar el complejo en reyertas veraniegas. Éste martes, a las 11 (TCM), el día “D”.
NADIE COMO ÉL
Michael Phelps, el nadador más ganador de la historia. Congratulado por la Federación Internacional de Natación como “el mejor olímpico de todos los tiempos”, dedicándole el pasado fin de semana un video en las pantallas locales del Centro Acuático, mismas que fueron testigo de la ovación del mundo, de esa lágrima orgullosa rodando por su mejilla diestra, testigo también de una promesa cumplida. Aquella que hiciera en 2008, al terminar los Olímpicos de Pekín, aseverando que en Londres disputaría sus últimos Juegos, después de que debutase en Sídney, siendo en el 2000 el nadador seleccionado más joven en el equipo estadounidense desde 1932 y terminara en quinto lugar tras disputar la única prueba en la que compitió a sus apenas 15 años de edad, los 200 metros mariposa.
Phelps se retira a los 27 años de una justa de verano, la última, aquella que lo vio alcanzar el Olimpo, cosechando 18 medallas de oro, por dos de plata y bronce, sumando un total de 22, cifra que parecía inalcanzable al ser, hasta hace poco, 18 el mayor número sumado, siendo la marca a superar de la gimnasta soviética Larisa Latynina.
Bob Bowman confió en él. Sus manos al fuego puso ante sus padres, quienes no opusieron resistencia cuando Michel cumplía entonces once años de edad, logrando convertirse a raíz de ello en la mancuerna legendaria: maestro-alumno, batiendo cantidades de récords mundiales y olímpicos desde 1996, cuando a la sombra de una piscina en Maryland, el visionario se ofreció a entrenarlo. Afortunados aquellos lo vimos nadar. Grade, tritón.
ROSA PASTEL
Las mujeres mexicanas continúan demostrando -y con una dosis de ironía- que les sobran lo que no tienen, y de lo que “carecemos” varios en momentos de desconcierto y gallardía. Aida y Mariana, en Tiro con Arco; Paola y Alejandra, en la de 10 metros en sincronizados; y Laura en el de 3 colgándose el bronce. Claro, sin olvidar a Iván y Germán quienes hicieron lo propio.
Ojo: tres preseas en clavados, y aún restan los 3m. Varonil y las dos pruebas de plataforma en los 10m. Individual, también aspirando al podio María del Rosario Espinoza, en taekwondo. Cuatro de cinco, hasta ahora, logradas por ellas.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.
PD: ¿De qué planeta será Usain Bolt, con sus 9:63 segundos en los 100m. Planos?
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