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Amante del periodismo y los deportes.

martes, 8 de enero de 2013




“Sos” grande, pequeño

En un mundo en donde los prejuicios son el pan de cada día, resulta necesario acordar sin lamentos quién reinará entre los mejores del futbol internacional durante el año en curso producto de la cadencia deportiva que lo escoltó a lo largo del ciclo pasado. Habrá voces que discrepen en su totalidad, algunas tal vez de manera parcial, la mayoría se sumará al eco provocado por las multitudes que continuarán aclamando su apellido.

Es cierto, parece inobjetable que el Balón de Oro depare una vez más en sus vitrinas. Es un bandido del arte del futbol, capaz de eclipsar a los “no menos buenos” que con él a diario se codean. Lo siento plenamente por Iniesta, quien se despojó del orgullo y con cotidianeidad acudió al certamen a cumplir su labor encomendada: aplaudir, sonreír, agradecer y reconocer que algún día, dentro de varios años, habrá que contarle a las nuevas generaciones de qué se trata todo esto del Barcelona, deteniéndose por obligación en el apartado de sus inmortales, sitio en donde será necesario recurrir al diccionario en mano para adjetivar sus hazañas. Resulta una estrategia lógica en tiempos en los que suele ser primordial explicar lo que ya es una realidad a simple vista.

¿Por dónde comenzar entonces? Quizá, ¿por la cantidad de futbolistas de gran calidad que han pasado por sus filas en la época reciente? ¿Por la filosofía que parte desde La Masía del club blaugrana? O, ¿por tener al mejor jugador del planeta –avalado por sus cuantiosas cifras-, ese que parece destinado a romper con todos los hitos de la historia del futbol? Lo grato es que usted, amigo lector, puede tomar la arista pertinente y desglosar con goce el relato que crea factible. Con tal, habrá quién tenga la virtud de jactarse de haber visto jugar a Pelé, Maradona, Cruyff, Valdano, Zidane, Ronaldinho, entre muchos otros longevos y contemporáneos. Cada quien a su forma, a su estilo, a su tiempo y a su modo; sin embargo, tras la evolución pertinente del deporte mundial por excelencia, corremos con la gracia de anexar las fortunas que nos ofrece el futbol al atestiguar a quien por doquier establece nuevos parámetros de exigencia. Es más, la celebración que éste lunes tuvo cabida en Zúrich, Suiza, también será enclaustrada en sus récords batidos, pues la sede de la FIFA lo vio vestir de gala por sexta ocasión en la misma ceremonia. En 2007 tuvo que presenciar cómo Kaká se llevaba la presea bajo el bazo, en 2008 posó junto a Cristiano, quien en las restantes ocasiones ha seguido el protocolo de quien a sus -entonces- 21 años soñaba con adjudicarse tan prestigiada condecoración, misma que en la actualidad –con él en el estrado- tiene tintes de una “tradición” pasajera.

Aquél 12 de enero de 2008 perdió el Balón de Oro por última vez, para el que había sido ternado por segundo año consecutivo. "Escuchá, es la última vez que te permito salir segundo, ¿está claro?", le dijo Diego Armando… y Leo se lo tomó en serio, al pie de la letra siguió la orden de Maradona. “Sos grande, pequeño Messi”, una ironía vuelta inmortal.

“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.

TWITTER: @Daniel_Chanona | vitrinadeportiva@homail.com

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