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martes, 28 de abril de 2015

Inocente palomita...

El jueves 22 de enero pudo haberse declarado Fiesta Nacional en Darmmen. Noruega se paralizó cuando el Real Madrid hizo oficial la contratación por seis temporadas del mediocampista Martin Odegaard, rubito caracolero de 17 primaveras. Fue transferido del Stromsgodset a la capital de la cultura hispanohablante por 2, 8 millones de euros, según el portal transfermarkt.es y medios nórdicos. Por objetivos cometidos, la suma podría casi desdoblarse. Su presentación en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva del Real Madrid se retransmitió en Noruega por cadena nacional.

Hasta el pasado invierno, el defensa lateral izquierdo Olav Rindaroy era el último noruego que figuraba en los registros de un equipo español. Llegó en la temporada 2010 al Deportivo de la Coruña, donde jugó 242 minutos; al final de la campaña el conjunto gallego descendería a la Segunda División. Con anterioridad, sólo ocho futbolistas de aquellos lares habían jugado en el máximo circuito ibérico en toda la historia de la liga. John Carew es seguramente el más conocido, por serle útil al Valencia en la obtención de su título liguero en el año 2002.

Polémica ha sido la incursión de Martin Odegaard en el seno madridista. Posee divergentes bulas a sus compañeros de cantera. Ha trascendido, por ejemplo, que cobra 1,2 millones de euros netos, casi 100 mil euros semanales. Cifra que supera, incluso, a la de algunos referentes del primer equipo. Odegaard, hasta mediados de abril, ensayaba cuatro días a la semana con los dirigidos por el italiano Carlo Ancelotti, quien, de continuar al mando, deberá convocarlo a la pretemporada de verano; y dos días con el Real Madrid Castilla, de la Segunda división profesional, al que entrena Zinedine Zidane. Sin embargo, tras reunirse con un alto directivo del Real Madrid por su negativa de pelotear siempre con el Castilla, Martin ha dejado a un lado su obsesión de codearse con los mayores para limar perezas con sus compañeros de equipo.

Porque la llegada al Castilla de la nueva perla del Madrid hubo dejado fuera de las alineaciones al medio centro Álvaro Medrán, considerado por Ancelotti para afrontar encuentros de la Copa del Rey y de la Champions League. Sergio Aguza (Barcelona, 1992), capitán del Castilla, fue incapaz de contener una de las manifestaciones públicas más criticadas, y a la vez compresibles, respecto a los privilegios del atacante noruego: “No es que me moleste, pero a mí también me gustaría cobrar lo que dicen que cobra”, escribió en Twitter. Curiosamente el 29 de marzo, el Real Madrid Casilla doblegó a Las Palmas Atlético tras cuatro fechas sin victoria. Martin Odegaard no jugó porque estaba concentrado con su selección nacional. Los blancos, entonces, recuperaron la conjunción y las posesiones largas que les caracterizó previo a la incorporación del medio escandinavo.

Odegaard mantuvo en vilo a los clubes más grandes del mundo que soñaban con sus servicios. Visitó al Arsenal, al Liverpool, al Bayern de Múnich, al Ajax, al Manchester City y al Futbol Club Barcelona. Los sometió a vagas audiciones balompédicas. Al final, se decantó por el Real Madrid, vigente campeón de Europa. El Stromsgodset cerró su traspaso por alrededor de dos millones de euros, según las informaciones aparecidas en la prensa de Noruega. Además, la operación incluyó el fichaje de su padre, Hans Erick, como entrenador de las categorías inferiores del club madrileño, y, de fondo, cuantiosos intereses políticos y comerciales de los que especuló a comienzos de año el periódico digital El Confidencial (http://goo.gl/kJ1krL), como la concesión en Noruega de proyectos urbanísticos, como la construcción de un túnel ferroviario a cargo de ACS, la empresa que dirige Florentino Pérez.

El diario “As” publicó hace poco los destinos confirmados del Madrid de cara al parón estival: Australia, China y Alemania, pero el interés de la información radica en el destape de una posible nueva escala: Noruega. El estadio Ulleval, en Oslo, podría albergar un amistoso contra el Valerenga, que ya negocia con el gigante de la Castellana. El Real Madrid no pisa tierras nórdicas desde el año 2005. El desembarco de Martin Odegaard le ha abierto la puerta de un mercado potencial.

En lo estrictamente deportivo, la casa blanca pretende que el novel futbolista dé el salto a un equipo de mayor nivel la próxima temporada, en comparación con el Castilla. “Para que coja carrerilla”, dicen en Valdebebas. Se especula con el Celtic Glasgow de Escocia, el Southampton, el Liverpool y el Manchester City, de Inglaterra; y también con el Villarreal. Fuentes próximas a la rutina merengue teorizan que lo único que echaría atrás al presidente Pérez, al momento de ceder al noruego, sería la posibilidad de que no jugara los minutos suficientes para progresar en su desarrollo. A un amplio sector le convence la idea de que Odegaard continúe fogueándose en un club “de casa”. Donde le convenga, pero ya; que ventile expectativas. El Madrid no está para veintiochos de diciembre. 

*Artículo publicado en VAVEL Magazine MX.  

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