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domingo, 17 de mayo de 2015

CRÓNICA | Atlético de Madrid 0-1 Barcelona | J37

Campeón a domicilio 

MADRID, España.- Los grandes equipos no viven de momentos, sino de trayectorias. La que ha exhibido el Barcelona en buena parte del torneo le ha valido para ser campeón de la temporada 2014-2015 a falta de una jornada para que finalice la liga española. Hace un año en el Camp Nou, un cabezazo de Diego Godín le bastó al Atlético de Madrid para igualar el marcador (1-1) y coronarse tras dieciocho primaveras sin hacerlo. Ayer, en el estadio Vicente Calderón, una irreverente y descarada escenificación de Lionel Messi dentro del área grande, al minuto 65, enclavó en la vitrina blaugrana su vigesimotercera liga, desde la que obtuvo al mando de Tito Vilanova en la temporada 2012-2013, en donde igualó con 100 puntos el récord absoluto de la competición, que entonces desplegaba en solitario el Real Madrid de José Mourinho. Cataluña canta el alirón, luego de una fructífera resulta en la ribera del Manzanares por marcador de 0-1.

El Barça fue copando terreno, ensanchando el campo, sin precipitarse en la elaboración de sus ataques. No obstante, aunque esbozó par de intentonas en el primer cuarto de hora, pareció demorar en sacarle aprovecho a la aceleración y la técnica de Neymar Júnior, o la osadía de Pedro Rodríguez en ausencia de Luis Suárez, quien, por cierto, volverá a citarse con Giorgio Chiellini en la finalísima de Berlín. Después de Messi, probablemente, sea el delantero uruguayo el que mejor se desenvuelve jugando de espaldas a la portería. Su baja privó a los blaugranas de un hombre que hubiese contribuido a desestabilizar a un equipo que se atrevió a adelantarse, al menos, diez metros como medida de presión, de asfixia.

Del Atleti, poco futbol y sobrada voluntad. Lo de siempre. Aunque se disciplinó de nuevo en labores defensivas, fue superado por las conducciones de Iván Rakitic y de Andrés Iniesta en la mitad de la cancha; futbolistas proclives a leer con más claridad los partidos. Antoine Griezmann, de vez en cuando, cobijó a Fernando Torres en la delantera, mas Diego Pablo Simeone, entrenador del equipo colchonero, lo situó por en medio de Koke Resurrección y de Arda Turán con el objetivo de ganarle la partida a Sergio Busquets, jerarca de la templanza y del respiro, de marcar los tiempos de un conjunto vuelto solidario a la postre del parón de inverno.

El portero del Atlético de Madrid, Jan Oblak, fue el más tenso. Soportó envites por doquier sobre la recta concluyente de la primera parte. Pudo lucirse al mandar a córner un disparo largo y potente de Alves que, por poco, lo agarró desprevenido. Vital fue también Claudio Bravo, el meta culé, quien con la cutícula, y de un manotazo, desvió el único rejón forzado por los vástagos de Neptuno, un remate con la testa de José María Giménez, a bocajarro, en el preludio del encuentro.

Quizá especuló el Barcelona en el desenlace. Se adueñó de la posesión del balón, pero dejó de producir a cántaros. Adormeció el cotejo, como aletargando al Atleti y a sus seguidores, como acechando a su presa. La esférica se paseaba desde Jordi Alba hasta los botines de Gerard Piqué. De los de Rakitic hasta los de Neymar… y de regreso. Era cuestión de minutos para que los de Luis Enrique laceraran a la vez, y según sus intereses, las voluntades de los dos clubes hegemónicos de la capital. El que se aferra como tercer clasificado a la Champions del próximo curso, el Atleti; y el que fantaseó en Cornellá con un trompique de su acérrimo rival en el Calderón para mantener vivas sus ilusiones de campeonar: el Real Madrid.

Pero Messi se obstinó con ser hombre discreto hasta que se le brindó la ocasión de lucirse. La fue cocinando; pegándose a la banda derecha, escabulléndose en punta, sumándose por la pradera izquierda… testó cada hueco, hasta que se sintió cómodo. A pese de Pedro, y dejando sembrada a la zaga, definió suave, raso, a la izquierda del cancerbero. Con los brazos abiertos corrió al banderín de tiro de esquina, para abracarse con los suyos, para gritarle al mundo que el Barcelona, después de todo y de tanto, se ha vuelto a coronar en España. Su pragmatismo, aguante y contundencia le hacen soñar con el triplete.

ASÍ JUGARON

Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Siqueira; Gabi, Suárez (García 67’); Griezmann, Turán (Mandzukic 72’), Koke; y Torres (Ñíguez 80’). DT.- Diego Pablo Simeone.

Barcelona: Bravo; Mascherano, Piqué, Alves, Alba (Mathieu 80’); Iniesta (Xavi 82’), Busquets, Rakitic; Pedro, Messi y Neymar. DT.- Luis Enrique Martínez.

*Crónica publicada en el diario deportivo ESTO.

1 comentario:

  1. El enfrentamiento entre barcelona y Real Madrid es un partido de renombre mundial. Lleno de suspenso, porque son los mejores clubes de fútbol del mundo. Messi ha podido mantener el nivel máximo de manera constante durante mucho tiempo, ha seguido teniendo un rendimiento y datos sobrehumanos durante más de diez años, y ha progresado cada año, rompiendo y creando nuevos récords. Este juego vuelve a depender del gol de Messi. Estoy tan feliz.

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