¡De locos!
Las variantes tácticas
imprevistas no van con el Real Madrid. Menos en la recta final de la temporada,
y más, a sabiendas de que el Barcelona está a nada de ser campeón. La cúpula
manifestó en la semana su desacuerdo a Carlo Ancelotti, quien devolvió sin
demasiadas objeciones a Sergio Ramos a la defensa. El medio campo albergó de
nuevo a tres hombres, en detrimento de la filosofía del técnico italiano, que
se reanima con un jugador más en la medular. Al frente, como de costumbre,
Cristiano Ronaldo y, sobre las opiniones confrontadas, Gareth Bale. A Javier
Hernández le hizo justicia la revolución, además las sumas precauciones que
demanda Karim Benzema para afrontar a plenitud la vuelta de las semifinales de
la Champions, el miércoles contra la Juve.
¡El partido fue un subibaja
incesante! con aproximaciones claras tanto en la portería de Iker Casillas como
en la de Diego Alves, que cimbró con un remate del delantero galés en la
horquilla, a raíz de un tiro libre. La comba resultó imperfecta,
paradójicamente, ante la magnificencia de la intentona. CR7 y “Chicharito”
estrellarían también contra el palo sus latigazos de revancha. Aún peor para el
lusitano, a quien Alves le atajaría un penalti en la agonía del primer tiempo.
Como refute al descaro del
anfitrión, el Valencia sumó al ataque a José Luis Gayá, el carrilero de la
discordia madridista. Polifacético. El apenas renovado encaminó la “bocha” hasta
la baranda del área grande, donde expidió un centro ardoroso que resolvió
Alcácer al minuto 14, frente al lance demorado del arquero mostoleño y el
desconcierto de Pepe.
Para colmo de males, Toni
Kroos, artesano absoluto de la media cancha en ausencia de Luka Modric,
abandonó el partido lesionado. Asier Illarramendi ocupó físicamente la vacante,
mas no en funciones ni en propuesta colectiva. Justo por la dolencia del
mediocentro alemán se produjo la infracción de Álvaro Arbeloa que precedió al
segundo tanto del conjunto “che”. Kroos no retrocedió a tiempo para impedir el
desdoble valencianista. Daniel Parejo se encargó de colgar la pelota en el
corazón del terruño blanco. Allí, al minuto 26, en medio de una danza de
aspavientos y embrollos, Fuego la peinó a segundo poste… imposible de atajar,
pese al inhumano lance de Casillas. Ancelotti se cruzó de brazos, enfadado,
como la liga misma por los conflictos en su torno.
El Madrid cometió la imprudencia
de dosificar los esfuerzos de Daniel Carvajal y de Marcelo en el punto más
álgido de la campaña. Con los ingresos de Arbeloa y Fabio Coentrao perdió
pujanza en ambas laterales, frontalidad y pulmones. Recompuso en el complemento
para dictar confianza, ganar terreno y, por consecuencia, sistemáticas
oportunidades. Una de ellas capitalizó Pepe para recortar distancias, con la
testa, al minuto 56 tras un córner de James Rodríguez, derivado de un ensayo a
bocajarro del “14” mexicano, proactivo como siempre.
La posesión de la esférica
recaló en los botines del gigante de la Castellana. Lo intentó todo, pero el
Valencia se agrandaba cada vez que su guardavallas se revolcaba sobre el césped
en pro de la victoria, hasta que Isco sacudió al inmueble con un gol de
antología, desde las afueras del área, quitándose de encima el polen, rompiendo
caderas; solamente un derechazo preveniente de un fino y cualificado futbolista
pudo quebrantar el arrojo de Alves debajo del larguero. Apenas respiró el
estadio los segundos concluyentes. Apenas el Madrid se abrazó al título. Apenas
el Valencia a la clasificación directa a la Champions del próximo año. Apenas,
y de momento, Isco ha salvado la liga.
ASÍ
JUGARON
Real
Madrid: Casillas; Arbeloa (Carvajal 46’), Ramos, Pepe, Coentrao (Marcelo 46’);
Isco, Kroos (Illarramendi 25’), James; Cristiano, Hernández y Bale. DT.-
Ancelotti.
Valencia:
Alves; Barragán, Otamendi, Mustafi, Gayá; Gomes (De Paul 77’), Fuego, Parejo;
Alcacer (Negredo 68’), Piatti (Orban 90’) y Feghouli. DT.- Nuno.
*Crónica publicada en el diario deportivo ESTO.
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