Por: Daniel Chanona Velázquez.
¿A quién le importa?
Cuando el órgano rector del balompié mundial se vuelve cómplice y alcahuete de uno de sus afiliados es sinónimo de que el futbol, como deporte, vale….poco.
Indignados están, ahora, los federativos nacionales con el “clemuterolazo” porque aseguran que los medios de comunicación no tenemos otro tema de que preguntarles y se escabullen entre el título de Copa Oro, conseguido por México, para evitar abordar conversaciones que laceran más a los files creyentes de la esencia del soccer en nuestro país. Las declaraciones de Mr. Blatter la semana pasada fueron ridículas e inapropiadas, “dictador” del futbol mundial, quien afirmó para luego retractarse que aparte de los 5 jugadores inmiscuidos en el “dopaje” habían “algunos más”, con lo que el panorama apuntaba a una versión correcta de las especulaciones de que eran 12 y no 5 los que se encontraron en apuros, solamente que los 7 restantes consumieron una menor cantidad de la sustancia “prohibida” y es esa la razón por la cual no afectó su proyección en Selección Nacional durante la pasada edición de Copa Oro.
Bien pudimos haber cerrado los ojos, dormirnos dos semanas, desconectarnos del mundo e importarnos un bledo lo que ocurriera con la Golden Cup puesto que Concacaf hizo todo lo posible para proteger a los títeres principales de esta competición y llevaros de la mano –con algo más que suerte- a la final de la folclórica reyerta, principal razón por la cual llego a creer que sólo, por “ética” profesional de los directivos, dieron a conocer a media decena de infectados por clembuterol y no a medio equipo pues era evidente la necesidad que los estadios lucieran llenos teniendo como imanes de atracción a las “estrellas” que México ha exportado Europa y afirman que más de uno estaba en la lista de los 7 nombres que no se hicieron públicos por el bien del “espectáculo” y en pro del manejo de selecciones de la FMF.
Los pupilos del “Chepo” son campeones, sí, les aplaudo y vaya que grité el gol de Giovanni, pero hasta ahí, en general no me convencieron. El Salvador y Cuba fueron agua, Costa Rica una plasta, Guatemala y Honduras le complicaron la existencia a de la Torre y el resto de la historia es ya bien sabida por todos. Estados Unidos llegó a la “meta” sin cruzarla, evidentemente, porque no había de otra para intentar hacer mayúsculo el ego nacional deportivo norteamericano y arribaron a aquella instancia jugando mal, ganando a base de genialidades y garrafales errores de sus rivales, dependiendo del éxito de unos para intentar coronarse otros; la temática fue diferente, pese a cualquier situación -poco agradable a mi persona- del Tricolor, José Manuel de la Torre supo manejar a modo el partido: aguantó, confió y al final de cuentas cumplió con el objetivo importando nada las vicisitudes en el camino. Congratulaciones.
Satisfecho no me quedo, quiero ver más. Trabajo, tiempo y paciencia con el “Chepo”, eso me consuela. Mi estimado dos Santos no dio ni dará el estirón, lo que tiene de técnico y veloz le sirve de poco si continúa perdido en la búsqueda de un corazón farandulero.
