Por: Daniel Chanona Velázquez.
“Clembuterolandia” y otros cuentos de Oro.
¡Pues sí! Clembuterol: la palabra más pronunciada, escrita, escuchada y leída en los diversos espacios deportivos.
La culpa no la tienen “La vaca y el pollito”, mucho menos el rastro, nutriólogos, chefs, asistentes de cocina, meseros y he de creer que ni los mismos jugadores. No meto las manos al fuego por Sinha, Bermúdez, “Maza”, Dueñas y Ochoa pero Justino y sus secuaces han descuidado la integridad del jugador y la imagen misma del seleccionado desde hace muchos años.
México lidia desde abriles pasados con la sombra infame de los constantes casos de dopaje en donde futbolistas han sido protagonistas en reiteradas ocasiones de actos similares -Carmona, Galindo, Lara, por ejemplo- por lo que no es nuevo el descuido de esa área en el tricolor.
Señor Compeán, tan campante se menea por los túneles anexos al terreno de juego en los partidos previos de Selección Nacional para intentar imponer el camuflaje a su angustia que representa la verdadera porquería que en su mayoría viste de “duda” las entrañas de la Federación misma. A 5 de 22 les pegó el “clembuterolazo” pero eso es lo más superficial; no hay tal gravedad en el caso para la Femexfut porque saben que sobre ellos recaerá el peso si se hace mayúsculo el tema que hasta ahora no llegado a manos de la Concacaf y mucho menos a la FIFA. En caso de confirmarse este miércoles el dopaje positivo, que se sancione como debe ser y qué pena me dará por Guillermo pues esto -sin duda- tornaría en gris su partida al “viejo continente”. Si se tiene un poco de respeto -si no es que ya se ha perdido en su totalidad- por el futbol, la afición y los subordinados futbolistas… Compeán debería renunciar, por lo menos deberían de hacer que renuncie, por salud propia, en virtud del futbol mexicano. “Exánime el canino, se ultimará la rabia”.
Tras el arribo del profesor al aula de clases, la noche del domingo, se dio el pase de lista: ¿Márquez? –Aquí-, respondían. ¿Guardado? –Aquí, aquí-. ¿Barrera? –Aquí-. ¿Ricardo?... ¿Antonio?... ¿La Volpe? ¡¿La Volpe?! –No vino, maestro-. La noche blanca de ideas, como el uniforme alterno del selectivo costarricense, así fue el 4-1 a favor de México. Se jugó muy bien al balón, los mejores 45 minutos en los contados partidos del “Chepo” como estratega nacional. De algo estoy seguro, después de los dos “zapatazos” que Guardado concretó en las redes la “chamba” en Europa es segura para Andrés por muchos años más y no será en Portugal; cabeza en alto, al pendiente del trazo largo, mesura, inteligencia, técnica, pierna izquierda, de tres dedos, bolea impecable, ángulo superior izquierdo del cancerbero rival, gol… así fue el tanto que le abrirá las puertas al “Principito” al otro lado del charco.
En seguida me gustaría enumerar las tres cosas que debemos hacer los mexicanos:
1.- No satanizar a Javier “Chicharito” Hernández por su falta de gol el pasado fin de semana, ya metió 5, por ahora.
2.- Reconocer el buen juego, con un avance productivo que montaron los pupilos de José Manuel de la Torre.
3.- No volar.
Confiar, aplaudir pero hasta ahí.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.
A la orden y a su disposición le dejo la cuenta en Twitter de un servidor: @Chanona_Daniel.
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