Por: Daniel Chanona Velázquez.
Las nuevas pantallas del “Zoque”
NO me extrañó, en absoluto, la pasada victoria de Jaguares. Si bien el primer lapso no resultó excelso, cumplió con las expectativas del aficionado y, aunado a la decorosa propuesta rojiblanca a la ofensiva, se brindó un buen cotejo en el estadio “Zoque”. Guadalajara se entregó por completo a su técnico. Desde luego no convence en su totalidad la táctica chiva pero, aún así, tras la única anotación jalisciense, fue evidente la “armonía” existente dentro del vestuario para con Fernando Quirarte, lamentablemente la estructura tapatía tiende a dividirse en tres: relación patrón-timonel, plantilla-estratega y desempeño-afición y el no saber discernir cada una de ellas termina por herir de orgullo al equipo más popular de México. Eso sí, dirán misa los sacerdotes pero Jorge Vergara, atareado de inoportunidades o voces mal habidas, ha hecho del Guadalajara –chueco o derecho- una marca aún más comercial que cualquier producto doméstico, logrando así elevar la popularidad del “Rebaño Sagrado” en lo económico con leves brotes deportivos. No lo halago, por eso he de reconocer que ha cosechado a su beneficio montado en el potro del balompié nacional, pero como dicen “cada quién su chamba y sus placeres”.
Con la novedad, en el “Víctor Manuel Reyna” colocaron dos pantallas en las esquinas inferiores de zona Preferente con Cabecera Sur y Cabecera Norte, una en cada lado, casi imperceptibles a las pupilas divagadoras. En ellas se proyectó, previo al cotejo, el video en tiempo real de cómo los jugadores y cuerpo técnico locales se preparan dentro del vestuario para saltar al terreno de juego, iniciativa plausible, pues cientos de aficionados ansiaban por conocer la intimidad de un vestidor profesional. No todo es miel sobre hojuelas, puesto que las mismas fueron puestas de aquella manera con fines totalmente publicitarios ya que a lo largo del tiempo reglamentario se proyectaban los logotipos de patrocinadores, imagen que a través de la señal de televisión nacional fungían como “publicidad estática” y muy de vez en cuando le lograba apreciar el marcador del partido.
La élite social y medios de comunicación pudieron ser testigos de la tecnología recién arribada a suelo chiapaneco mas no fue el caso de la mayoría, miles de aficionados conocieron únicamente el reverso de las lujosas pantallas ya que a los de Platea, Preferente y a los de algunas secciones de ambas Cabeceras les fue obstruida la visión de lo transmitido por el perfil en la que se encontraban colocadas. No dudo, salvo que los bienes económicos sean de mayor jerarquía que la ilusión del espectador, que las pantallas sean colocadas –con el tiempo- en la parte superior del estadio, cada una en el sitio más alto de la pareja de Cabeceras, como suelen estar en la mayor parte de las sedes ubicadas en la República Mexicana y el mundo.
3-1, el resultado final del encuentro diputado la tarde el sábado 14 de enero en la cancha del “Zoque” ubicado en la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez. Marcador que viste en demasía a la hegemonía Jaguar pero que lacera el estado anímico de una gran institución.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.
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