Por: Daniel Chanona Velázquez.
Viaje trasatlántico.
CUARENTAICUATRO años después de trotar mesuradamente por el nuevo continente, siendo ella la presea más longeva a conseguir en el rubro de selecciones nacionales, la Copa de Naciones de Europa (denominada hasta 1968 como “Eurocopa”) disputaría su primer cotejo en tierras añoradas por cualquier amante del futbol. La primera mencionada recauda historia, hablamos de la Copa América, misma que data de 1916, producto del fervor atesorado de Inglaterra cuyo desfogue se dio en Sudamérica tras el arribo de inmigrantes y comerciantes de aquél país a principios del Siglo XX, mas fue en 1910 cuando se disputó el primer cotejo de futbol entre naciones hermanas: Argentina invitó a Uruguay a conmemorar el centenario de la Revolución de Mayo, etapa cubre de la independencia del país pampero luego de derrocar al Virreinato del Río de la Plata quien dependía de manera directa de los conquistadores españoles; a la postre se conformaría el órgano rector del balompié sudamericano, la CONMEBOL, misma Confederación cuyo compromiso mayor era la de hacer de la prestigiada Copa América la mejor de todo el mundo, esto a través del fortalecimiento de las Federaciones afiliadas a ella y el incremento de las cuotas cuyos montos tratarían de incentivar a las naciones participantes para brindar un mejor despliegue futbolístico dentro del terreno de juego.
Mientras la algarabía de “poder absoluto” gobernaba en América, en Europa se concentraban las fuerzas para conformar la Unión de Asociaciones de Futbol Europeas (UEFA, por sus siglas en inglés, fundada en 1954), cuya cofradía, para 1960, organizaría la que hasta hoy es la disputa entre naciones más importante después del Mundial, ya que con un menor tiempo de trabajo pero con mayor dedicación han logrado que su nivel en juego triplique –en ocasiones- a comparación del exhibido en el afamado Cono Sur.
Serán Polonia y Ucrania los países anfitriones de la Eurocopa éste año, justa a disputarse desde el octavo día del mes de junio hasta el primero de julio. Lo anterior conlleva a las cifras en discordia en respectivas competencias trasatlánticas. El Comité Ejecutivo de la UEFA, informó en días pasados que la bolsa a repartirse en la entrante edición de la Eurocopa ascenderá a los 196 millones de euros, monto que supera a los 184 que se entregaron en Austria-Suiza, en 2008. Sólo por participar, cada federación representada en el Torneo recibirá 8 millones de euros, cantidad que puede incrementarse en la fase de grupos ya que la UEFA otorgará un millón de euros por cada victoria y medio millón por cada empate. De tal forma, la selección campeona (quien será recompensada con 7.5 millones de euros por ganar la Final) podría embolsarse en total hasta 18.5 millones de la divisa europea.
Haciendo un balance: en la Copa América 2011 se le incentivó al campeón con un monto de 250 mil dólares por cada duelo de primera fase, 500 mil por su pase a Cuartos de Final, 750 mil por cumplir con las Semifinales y 1.5 millones por levantar la Copa. En total, Uruguay, actual monarca, partió de Argentina (sede, el año anterior) con una bolsa aproximada de 3.5 millones de dólares, que convirtiendo dicha cantidad a euros estaríamos hablando de 2.6 millones, cifra que se haya muy pero muy distante de los 18.5 que aguardan al as de Europa. He ahí, entonces, el meollo del asunto.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.
PD: HACIENDO LEÑA DEL ÁRBOL CAÍDO, ¿sabe usted, amigo lector, cómo le dicen a Braulio Luna, jugador del ya descendido equipo zapopano Estudiantes Tecos? “El triatlón”, porque primero: trota; luego: hace la bicicleta, y después: nada.
Twitter: @Daniel_Chanona
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