Por: Daniel Chanona Velázquez.
Robin es a Batman lo que la Concacaf a la Femexfut.
JOEL Schumacher, Tim Burton y Christopher Nolan han sido maestros en el arte de la cinematografía y padres en la pantalla grande de uno de los superhéroes más alegóricos de los últimos 50 años, Batman; caballero de la noche encargado de salvaguardar la tranquilidad de ciudad Gótica en la que reside bajo el nombre de Bruno Díaz, magnate hombre de negocios altamente reconocido ante la sociedad. Bob Kane y Bill Finger, creadores de tan aclamado murciélago, se solidarizaron con el “protector de los desamparados” y adaptaron en su andar al combate del crimen a un nuevo integrante que, tiempo después, se convertiría en el inseparable amigo del multimillonario y carismático Sr. Díaz… Robin. A la limón combatieron forajidos y dividieron éxitos, en la mayoría de los casos uno salvaba al otro y el otro hacía menos que ese uno. Punto y aparte.
En los últimos días hemos tenido la oportunidad de seguir competiciones como la Liga de Campeones de la Concacaf –donde gobiernan los equipos de nuestro país- o el Preolímpico Londres 2012 –Juegos Olímpicos a los que, por cierto, asistirá México luego del buen despliegue futbolístico en dicha reyerta “regional” ante rivales como Honduras, Trinidad y Tobago, Panamá y Canadá-, eventos coordinados por la propia Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe, fundada oficialmente un 18 de septiembre de 1961, y en los que se pone en evidencia la mezquina calidad de cada uno de ellas.
Dijese Jack “EL Destripador”: vamos por partes. Es un hecho que la mal llamada “Concachampions” está diseñada única y exclusivamente para los equipos militantes en nuestro balompié. Reyes absolutos de la “afamada” Liga de Campeones. Santos, Morelia, Pumas y Monterrey, participantes en la citada competencia, hicieron como quisieron a sus respectivos rivales, y para “taparle el ojo al tuerto” –dijesen en mi pueblo- en las semifinales tuvieron que verse la cara los Rayados y Purépechas para darle cabida al “dignísimo” representante de la MLS -Major League Soccer, máxima división del fútbol en el país vecino del norte-, tal es el caso de Toronto. Si bien es cierto que el nivel de competitividad en Estados Unidos ha mejorado en demasía por el arribo de profesionales cotizados a dicho país, aún no logran superar al expuesto en México. Es irónico que Pumas, institución grande por historia pero sumergido actualmente en una crisis severa, se halle en las semifinales del Torneo cuando, a la par, en la Liga local no se digna ni a aruñar. Absurdo. Pero ¿de qué diantres le sirve a nuestro país hacer alarde de la calidad de sus participantes en semejante disputa futbolística si quien salga vencedor de la misma volverá a opacar el trabajo de la “brillante” Femexfut en el Mundial de Clubes en donde yacerán “los mejores del planeta”? Mayor trabajo debiese hacerse a futuro, lejos de la egolatría y la vanidad tras triunfar en una Copa servida, desde su comienzo, al fútbol mexicano.
Aunado a ello, México estará en Londres a mediados de año, merecidísimo. Los fantasmas que con antelación acobijaban el orgullo nacional han quedado en el olvido. Fabulosa entrega de los muchachos, claro, ellos no tienen responsabilidad alguna de haber competido ante similares de minúscula envergadura.
Robin es a Batman lo que la Concacaf a la Femexfut: un estupendo aliado.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”
Twitter: @Daniel_Chanona | vitrinadeportiva@hotmail.com
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