Colorín colorado
CRÍTICAS hubo durante la gestión de Víctor Mahbub, sin embargo un rostro distinto se dibujó en el seno universitario. Las exportaciones de jugadores, las Liguillas disputadas, los campeonatos obtenidos, los debuts de canteranos, la de Guillermo Vázquez, todo, absolutamente todo se logró durante los seis años que él encabezó el patronato de los Pumas.
Hoy en día, Jorge Borja y Alberto García Aspe han hecho las cosas “con las patas”; es cierto que necesario era renovar la Presidencia, no así la Dirección Deportiva del club, en donde Mario Trejo sembró frutos que a estas alturas lucen magullados por la presencia del buen Beto y su comitiva, quien como jugador poco puede recriminársele, mas la administración de una popular institución no es para cualquiera. Debiesen entender los directivos, que Pumas no representa un equipo más en el fútbol nacional, es aquél que conlleva el orgullo de la máxima casa de estudios del país, marco que parece quedarle extenso a la minúscula fotografía que a la fecha continúa colocada en él.
Tardía, pero tomaron la decisión más acertada después de todo: cesar a Mario Carrillo, pues la imagen de aquél buen samaritano luce ya muy desgastada; no cabe duda, los refranes de antaño no quedan exentos aún transcurra el tiempo: “una vez ahogado el niño, el pozo es tapado”. Pero le sienta bien a Torres Servín dirigir los dos encuentros restantes del Torneo, ojalá le vaya “menos mal” que a “Capello” en estos quince días, y sea él, quien conoce cada rincón de la Universidad, el que tome las riendas de un desangelado contexto puma. Llega a tiempo la marginación de Mario, pues quien arribe tendrá que cimentar bien sus condiciones y reestructurar en diciembre a un carcomido equipo. Ahora, ¿jugarán los restantes encuentros al menos la mayoría sus “olvidados” refuerzos? Si ello llegase a suceder, peor terminarían las labores de Carrillo en Pumas, y más si se dan los resultados, puesto que Torres Servín daría lectura clara que de “incluyente”, Mario, no tenía nada.
JAGUARES
La intención fue grata, no así la ejecución del juego. Hernández es tan malo con los pies y jugando adelantado, como un servidor en el tenis; con una diferencia, a él le pagan por hacerlo. No debiesen permitir esa clase de mofas deportivas. Arizala, temperamental, de milagro jugó algunos minutos contra León, puesto que la semana anterior (vs. Puebla) se salvó de la roja tras una hartera llegada sobre Abelairas. Martínez, es humano, se equivocó; sin embargo en el soccer se acostumbra a patear el balón, no la espinilla del adversario. Entonces, ¿por qué se queja Pepe Cruz del arbitraje? ¡El trabajo de la semana se desmoronó a causa de la imprudencia de sus propios hombres!
EL CLÁSICO DEL MUNDO
Quince minutos y cuarentaicinco segundos después, saltó Boca a la cancha del Monumental en busca de reanudar el partido que yacía 1-0 favor River, acción que le costó la expulsión a Falcioni -puesto que la regla señala que todo timonel por obligación tiene que hacer salir a sus jugadores segundos antes de cumplirse el entretiempo, si no, lo pagará con su nula presencia en el banquillo-, quien en silencio partió del “Antonio Vespucio” refugiado en la amargura. Empatado a dos culminó el súper clásico argentino, aquél que vibró en demasía en las tribunas y pecó de displicente en la cancha. Boca, sin idea, forma e intención; River, bajo aquellas condiciones, ante escuetos embates, sucumbió. El “mejor” ha dejado de serlo, tristemente, desde hace mucho; el recién ascendido tras doce Fechas parece aún no reencontrarse en aquel sitio de donde nunca debió haberse ido.
“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre”.
TWITTER: @Daniel_Chanona
PD: Grata convivencia dominical; 10 kilómetros cumplidos bajo buena logística. Bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario